Aunque los sábados son los días de más trabajo en mi tienda, son también los días que elegimos para hacer fiesta, con lo que el domingo pasa casi inexistente por delante con la impresión de que realmente no he tenido día libre porque me levanto tarde y hay que hacer todo lo que no se hizo durante la semana. Como supongo que a todo el mundo en mi tienda le pasará más o menos igual hemos aprovechado y hemos festejado la inauguración de casa y cumpleaños de cuatro compañeros a la vez este sábado.
Las cosas empezaron un poco frías porque no se puede andar imponiendo un orden en una fiesta. Se debe dejar comer al gusto y beber tranquilamente según se vaya apeteciendo. Y sobre todo no se debe traer ningún juego para que los freackys agobiemos al resto. Yo ya he aprendido a organizar una fiesta y la música debe sonar desde el principio y la comida y bebida que sea en abundancia, sobre todo el comer que luego la gente pota que da gusto si solo beben.
Un poco de variedad en la bebida no habría estado mal tampoco: Vodka, cerveza y como alternativa zumo de manzana no me llena mucho. Sobre todo cuando bebo ron tostado y la mayoría de la gente bebe JB.
Por lo menos lo pasamos super bien. Nos acabamos yendo en bici a las cuatro de la mañana. Super bonito Paris de noche sin coches ni ruidos ni nada. Un poco de frío para bicicletear pero así se baja la bebida. Lo malo es que te hace pensar lo cutrísimo que es Madrid y lo mal que hacen todo. Tengo pocas ganas de volver a Madrid pero el hecho de pensar que cosas como carril bici en Madrid son utopías no ayuda.
Esta vez me controlé estupendamente con la bebida y no me sentó mal. Y me sentí más mayor, más adulto, controlando. El imprevisto fueron las tartas todas deliciosas, en abundancia y con montones de lactosa: así que me tiré la noche vomitando igualmente. Yo creo que le añaden lactosa por el gusto de joderme a mí los dulces. Sinceramente.
Hubo felicitaciones por todos los lados y para todo el mundo. SObre todo de la gran cantidad de amigos que se reunieron en la sala para el evento. Incluso fueron mis padres a los que les pareció muy bonito todo pero muy largo, como a la mayoría.
Después de la defensa de la tesis en la universidad de psicología pudimos reunirnos más tranquilos para salir por la noche. Nos dimos cita en el Nanai y nos pusimos gochísimos a base de mojitos y patatas gauchas. Menudo rico todo. E incluso pudimos irnos al Pollyester que se puso de bote en bote. ¡Cómo añoro salir por Madrid! Aunque no echo de menos el humo de los bares. En Francia, como en Italia, está prohibido y se sale divinamente sin volver oliendo a pestes a casa. Y sobre todo si asma ni faringitis ni nada.
Por ahora ya estamos tranquilamente en nuestra casita en París de relax total. Me han dado cuatro días y los estamos pasando de tranquilidad total. Hemos visto a amigos, hemos paseado por el Sena en un barco gracias a Octavio que nos invitó, hemos frecuentado el cine y vamos a ver un documental sobre animales prehistericos que me gustan a mi.