El otro día inauguraron casa Tirso y Fi, pero de esto no voy a hablar.

Ya tengo internet después de una semana de paronazo.
No parece muy grabe pero para un hombre de mi tiempo como soy yo a ver que hago sin mongolear por internet. Porque la gente corriente y normal, y decende navega; o los más cool surfean, pero yo, haciendo gala de mi espíritu concupiscente e inicuo que las ciercunstancias han formado, mongoleo. Será por mi naturaleza inquieta, será por mi actitud posmoderna o simplemente porque soy mongolo pero yo mongoleo por la red. Bueno, y me pajeo.

Buena sorpresa ha sido eso de llegar a casa borracho y encontrar el led adecuado de mi modem encendido. Como un orgasmo oiga.
Borracho, sí. Porque yo ya he llegado a la conclusión de que si no me emborracho en el curro a partir de tal hora no puedo con la vida. Así que así me he venido borracho escuchado los estroques con la bici que casi me mata un coche (o dos o tres) pero es que la vida es lo peor del universo.

Un videoclip del Gondry:



Y este tan bonito también (de otro)



Pero qué decir de todo esto. Que no puede ser. Que lo único que compensa de trabajar es irme de compras y todo eso. Que ayer me compré Ka de Roberto Calasso por 9.50 y lo esperaba por más de treinta euros y del subidon que me dio me fui corriendo a por el DVD de Michael Gondry que es lo más y después de verlo me parece aún más lo más. Pero más más más, no de más por más que sería menos…
DVD de Gondry: genial. El que pueda que lo pille. Genial este hombre. Pero ahora se me ha quedado la espinita de pillar el resto de la colección… mal, muy mal que me voy a francia y no tengo euros.

A esto que una amiga mía me ha dicho hace poco que eso de los clips que no es lo suyo que pasa… ¿!¡? Pero cómo puedes pasar de un buen clip. Los habrá malos pero, madre mía que los hay preciosos. Mal, muy mal. Deja de ver futbol que embrutece y enchúfate más a los clips del mundo. Como Camila Parker. Que mejoró.

Le puse unos vídeos de NIN y tan impertérrita que se quedó. No puedo con la vida.

saca los cuernos al sol

Un día apareció Elián con un caracol y lo soltó en la megajardinera que tenemos al lado del kiosco en el trabajo. Ya le dije que no me parecía bien eso de traer especies foráneas y soltarlas por ahí. Pero como al fin y al cabo el bicho no sale de los cuatro metros cuadrados de flores que tiene pues me no digo nada.
Lo más seguro es que no aguante el invierno sequísimo que hace en Madrid pero de momento es nuestra mascota.
Otros compañeros vienen a verlo porque ya han tenido noticias. El caso es que mide entre 15 y 20 centímetros y solo tiene dos antenas y barbitas por debajo. Me parece monísimo y ahí que le pongo lechuga y le riego todas las mañanas.

¡Viva el Glam, muera el capital!

Qué desilusión. Al final el hotel de lujo en Miraflores donde pensaba pasar el lunes y el martes tumbado junto a la piscina con mi toalla de calaveras, un martini y escuchando Telepopmusik y Anthony and the Jhonsons mientras ojeaba el especial H de este mes resultó que de lujo nada. No era cutre pero tampoco tenía el glamour que me imaginaba, que la piscina cubría un metro diez máximo, vamos. Así que me vicié a la consola a ver si sacaba el final guapo de Silent Hill.
Ignacio se dedicó a sus ponencias y sus cosas y yo no entré a una sola actividad porque la temperatura no era la adecuada y tenía el sodio bajísmo. Pero llegué a la conclusión de que a la proxima que vaya voy a organizar actividades paralelas en plan historia y desarrollo del ikebana, maratón de cortos de animación o taller de cocktails de temporada (todo sea por la angostura).

El caso es que me llevé unas pelis en la misma PSP y me vi La Novia Cadáver por aquello de que la primera vez fue en francés y lo mismo no la aprecié como debiera.
Y algo de razón tenía: verla en cine algo de gracia tiene pero vamos que no es mala, vista con espíritu crítico es malísima. No solo la historia anda algo forzada sino que las canciones son tan pésimas que da ganas de ponerse la radio mientras y los diseños de personajes son de mercadillo. Lo único gracioso es el protagonista que está tan quedado que mola. (el daño que hace la venta de merchandising)
Más que una película de Tim Burton parece que imiten a Tim Burton. Como en esa de los monos que decían que era él el director pero que va, que usurparon su nombre y luego con el tiempo ya se les olvidó desmentirlo. Porque el alguien que saque una peli como Ed Wood no puede hacer semejantes bazofias.