Beautiful Boyz de Cocorosie
Ya hemos vuelto de Cáceres. No ha sido exactamente el viaje que teníamos pensado y ha sido más agotador que ocioso. Para empezar no había habitaciones en el hotel que teníamos pensado así que nos quedamos en el de al lado de dos estrellas y luego una concentración en repulsa de las agresiones homofobas nos hizo regresar más rápido de lo pensado así que jueves facultad, viaje, dormir, conferencia mañanera, comida más rápida que otra cosa y viaje de vuelta y prisas para llegar a tiempo a la concentración en Príncipe Pío donde hice uso de mi poder de ofuscación entre las masas y allí que me quedé para que no me agobiase nadie.
Ignacio leyó unas frases preciosas: “Gracias al apoyo de todos y de mi novio que… Mi novio… ¿dónde está mi novio?” Pues ahí mismo, lejitos de las cámaras, casualmente.
El caso es que han sido unos días del horror venga de teléfono, venga de periodismos, venga de tensiones judiciales y venga de activismo. Con lo que tras la concentración, al venirse los amiguísismos de Ignacio a casa a cenar ya me quedé aut por completo. Y casi me ha durado hasta hoy domingo, porque ayer nos fuimos a comprar un colchón y nos volvimos con un belén. Lo peor. Él tiene excusa porque le pegaron un botellazo hace poco pero yo no. Yo nací así.
Ignacio leyó unas frases preciosas: “Gracias al apoyo de todos y de mi novio que… Mi novio… ¿dónde está mi novio?” Pues ahí mismo, lejitos de las cámaras, casualmente.
El caso es que han sido unos días del horror venga de teléfono, venga de periodismos, venga de tensiones judiciales y venga de activismo. Con lo que tras la concentración, al venirse los amiguísismos de Ignacio a casa a cenar ya me quedé aut por completo. Y casi me ha durado hasta hoy domingo, porque ayer nos fuimos a comprar un colchón y nos volvimos con un belén. Lo peor. Él tiene excusa porque le pegaron un botellazo hace poco pero yo no. Yo nací así.