Interné da la vida. Y la quita, y la quita

Ya tengo el interné.

Que alivio de vida. Ha sido todo un infiernazo. Estos gabachis se lo montan fatal. Para empezar para solicitar el modem y darte de alta lo tienes que hacer por su pagina web... O sea para tener internet has de tener internet ¡¿?! Y luego siguelo.
Pero lo peor es que te envían el modem (semanas más tarde) por UPS que aquí funciona como el culo porque te avisan de cuando te lo envían y de dónde está el paquete por email... O sea para saber cúando te llega internet has de tener internet ¿¡!? Pero lo mejor es que llega o no llega de lunes a viernes de nueve a ocho de la noche... O sea que suponiendo que te enteres de cuándo te llega has de estar en casa todo el día porque no te dicen en sobre qué momento del día vendrán.


Pero lo mejor es el servicio al cliente telefónico, que cuando logré encontrarlo (en su página web no viene) no servía para nada. Cinco veces llamé para rectificar la dirección y solo una funcionó. A 60 centimos de euro el minuto a quince minutos la llamada (operadores ineptos mediante) hacen... ¡Demasiado para tener el puto internet en casa! Que, por cierto, llevo pagando desde hace más de quince días.

Y el pobre Juancar que vino justo cuando más atacado estaba. Aunque me descargué mucho con él. Me alivió más de lo que imagina porque a veces estar solo y no poder desahogarse con nadie es lo peorcito del mundo.
A ver si la próxima vez viene a principio de mes y no a finales que siempre me pilla sin blanca este chico.
Aunque a pesar de mi acostumbrada precariedad económica y la falta de tiempo pudimos ir a La Vía Láctea malasañera versión París. Que es el único bar donde ponen Rock decente. Escuchar Muse o New Order no es muy fécil en esta ciudad. Y nos queda el Pop Inn para la próxima visita.

Pero lo malo pasó. Ahora tengo mi Elephan funcionando, mi itunes actualizando, mi correo chulo, mi novio trabajando con sus mailworldwide y Youtube para pasar los vídeos tan graciosos de Fatal Bazooka.

Este me mola porque es el típico clip-negros de bitches, coches y oro pero desde otra perspectiva.



(Qué bien me han apañado este post las fotos de Juancarlos)

Telefono, mi casa.

Por fin ha habido algo lo suficientemente fuerte como para sacarme de mi extrema pereza y actualizar el blog: tengo casa.

O debería decir: por fin tengo casa. Después de un mes buscando, llamando a todos los anuncios del mundo, de, incluso, visitar agencias y de escuchar continuamente ya te llamaremos, sin garante no eres nada o déjà loué (alquilado). Por fin hemos encontrado unos tarados que aceptan alquilarnos su casa estupenda. Toda pitusa, pero estupenda.



Ya tenemos las llaves (matarile, rile, rile) y hoy mismo he hecho compra porque mañana ya duermo allí. Estaba tan feliz que hasta los rakais me parecían menos rakais. Lo único que me agua un poco la fiesta es que mi "báscula" (aquella en la que cargaba el Ipod y escuchaba la musicaza que llevaba dentro, un MX o algo así) no funciona.
Yo que me imaginaba hoy con mi Ipod sonando a toda leche mientras limpiaba la casa va a ser que no.



Hoy mientras colocaba la ropa y disfrutaba de la casa me ponía a bailar como los mongolos con la música estupenda que me ha pasado Sarini. Y manaña me toca llevar el resto, que es mogollón y moriré del esfuerzo en esos transbordos a la catalana de ese Chattelet-Les Halles, que empieza en Chattelet y termina en Les Halles pero con tu vida, termina con tu vida tanto pasillo y tanto coño.
Pero cuando llegue me pasará como hoy que de lo feliz de estar arreglando mi casita me pondré a bailar tecknotonic como buen moderno PeterPan que soy pero bien solito sin que nadie me vea.

Aquí el H&M se ha especializado en Tecknotonic y hay que ver los trapos que venden. Sales con los ojos quemados de tanto fosforito. Estoy desando que venga alguien para ir a una competición y fliparlo en compañía.





Y también de Yelle, especial para Sarini y Octavio: Je Veux Te Voir y PAMM (Parle à ma main, háblale a mi mano) por diferentes motivos.