A nadie le ha pasado eso de tener un disco descargado (mayoritariamente) o comprado y no hacerle caso, a pesar de saber que mola. Y luego, un día, de sorpresa escucharlo con un ¿y esto? Y quedar encantadito.
Pues a mí muy a menudo. No llego, eso sí, a los niveles de Chucho que espera que la gente se harte de algo para empezar a mostrarle interés.
En las cinco horazas de viaje en bus de regreso a Madrid desde Granada me he maravillado de Warren Suicie al descubrirlo en mi Ipod desde hace la tira que lo metí. Debe ser por eso de que W es lo último de la lista y nunca llegaba, digo yo, porque el disco es estupendo.
No hay mal que por bien no venga porque mi idea en el bus era la de ver la película que tenía pinta de esperpéntica-surrealista con Frodo al frente: “Every thing is illuminated”. Pero el sonido no funcionaba con lo que me puse a explorar el Ipod.
Es curioso que si pasan una patraña tipo “dos rubias de pelo en pecho” no hay problema pero como la peli te interese ya ocurrirá algo para que no puedas verla correctamente.

Por otro lado la boda genial: me robé una botella de Absolut (hartito de bodas estoy).

Pero los viajes no han acabado todavía: Mañana viernes nos vamos a granada a (que raro) una boda de un amigo suyo. Ganas de moverme no tengo, por el contrario si que tengo mil obligaciones atrasadas. Pero por otro lado no he visto granada y que me hayan invitado me hace ilusión. Aunque por si acaso me voy a llevar la PSP que tan buenos resultados me ha dado en otras ocasiones.
Ya estoy en Nueva Orleans. He de confesar que me hacia ilusion ver esta ciudad. Supongo que mejor antes del huracán y tiempo atrás cuando era mas gotico que un murciélago con pistolas. 
A parte de todo, lo que queda es precioso. Se ve que no ha vuelto ni la mitad te la gente y todavía no funcionan bien todos los servicios. 
No nos olvidamos de la zona mas tipica como el barrio frances donde se ven en vivo lo mas tipico a lo lonnely planet asi que no nos resistimos y nos zampamos un estupendo po-boy que viene a ser un bocadillo de calamares pero con ostras a la americana. Comida criolla. Como la paella de aquí que pica.
En esta misma zona admiramos el contraste de los edificios con sus rascacielos y oficinas con la zona residencial que es cien por cien de película de vampiros. Todo colonial y con una humedad que se bebia del mismo aire. 


Lo del trabajo me da un poco de penuca porque me tocaba bastante el pie y mis compañeras son un encanto. Aunque a nivel económico era la ruina. Pero ya se sabe con estos trabajos tan cutres no te lo piensas mucho si hay que dejarlos. Y yo creo que el futuro va a ser un poco así, no va a haber profesionales de casi de nada que no requiera un titulo. Porque en los trabajos en los que no se necesita título te tratan como una mierda y la gente se pira en cuanto consigue uno. Así los empelados serán siempre unos ineptos porque saben que se van a quedar poco por allí.
Y ya puestos a dejar (el trabajo, el país momentáneamente) voy a dejar de beber, otra vez. No puedo con estas copas infectas. El finde pasado acabé fatal de todo que aún me resiento. Y no es que estuviese de resaca como cada vez que me la agarro y tal, no. Es que de agarrármela me agarré al retrete con las manos y no lo solté hasta quedar vacío y seguro de ello.
La culpa la tiene mi novio porque es un pretending total. Con eso de que es una marica activista tuvimos que ir el sábado al Odarco a ver la presentación de una peli porno didáctica (que insisten en que te pongas el condón, vaya) y llegé tarde a los sándwiches porque me entretuve cosiéndome los pantalones que… bueno, que llegué al Odarco todo afterpunk porque se me puso en los precios. Y del chupito de vino no pasé y eso que lo iba buscando.
De ahí nos fuimos a un cumpleaños de una amiga suya simpatiquísima llena de gente que pasaba de la treintena (anchamente) y muy entretenida (anchamente tb). Nos llevamos a Octavio que a pesar de ser hiper recatado (y por ello super pervertido) estoy seguro que es muy divertido, cuando se suelte. Porque con un nombre tan peculiar y sin acento argentino tú me dirás. Octavio estaba conectado con la fiesta sabrá Dios por quien pero pegaba tanto allí como yo. O incluso menos porque a mi se me veía gorrón.
Total que acabamos pedo llevándonos copas para el camino llamando la atención cual maricas y dando la chapa a Octavio porque iba de mariabstemia y además seria. Ignacio que es más listo se fue a casa a tiempo. Porque Diego y yo juntos somos super brasas. Balance: la fiesta un éxito.
Así que nos fuimos con las mismas a buscar a Ger al Gris dónde ahora son guays y entran delante de las colas esas que se forman de maricas. Qué bien sienta eso de pasar delante de las colas. Y yo que decía que pasaba de esas superficialidades. Nada, un par de copas e igual de gilipollas que antes.