Soledad que me perturba

Ay que ver que poco tiempo tengo para dedicarlo al journal aunque más que que me falte el tiempo es que lo dedico a la consola como un viciado de mierda… Qué generación más tonta.

Pretendo acondicionar la página y tal pero es que el HTML es taaan rollo de mirar ahí, chip, chips, letritas, letritas. En fin, no me corre prisa.

Ya desde que me apalanqué en esta casa descubrí que Ignacio tiene unos estupendos DVDs con todo Homozaping y aunque desactualizado total me parto la caja. El que no me hace nada de gracia es el director que ahora no me acuerdo como se llama, pero me parece patético que aun sin tener gracia tenga que buscarse siempre un hueco para hacer el payaso.
Ahora que con quien me parto el hojaldre es con Lluvia, es total. “Tengo agujetas en el alma que cuando me agacho me duelen”. Llenita de joyas como esa está este personaje típica artista pasadísima de vena filosófica. Y haberlas haylas como en la vida misma, que las he visto yo.



Ya no me queda nada para irme a Detroit, con el cague que me da volar. Si no fuese porque nadando tardaría más… Cada vez que hago un viaje me digo que va a ser el último porque no merece la pena pasar tantísimo miedo con las despedidas,… digo con los despegues y con ver las ciudades chiquititas y esas cosas. Pero, claro, no nos vamos a quedar siempre en casa. Aunque mi economía ha muerto por ataque masivo. No solo me he quedado sin un duro sino que debo dinero y me voy con lo puesto. Espero no ver nada que quiera comprar porque lo dicho, una mano delante y la otra detrás.

Por el momento dejo de nuevo mi trabajo y me llevo un colchón de matrimonio de casa de mis padres a casa de chuchi. Bueno, lo lleva él y unos amigos pero tengo la intención de ayudar sobre todo porque será un poco como despedida que nunca se sabe, con estos aparatos del demonio no se puede estar seguro de nada. Se le ponen un par de torrecitas delante y culo veo culo anhelo.
Lo del trabajo me da un poco de penuca porque me tocaba bastante el pie y mis compañeras son un encanto. Aunque a nivel económico era la ruina. Pero ya se sabe con estos trabajos tan cutres no te lo piensas mucho si hay que dejarlos. Y yo creo que el futuro va a ser un poco así, no va a haber profesionales de casi de nada que no requiera un titulo. Porque en los trabajos en los que no se necesita título te tratan como una mierda y la gente se pira en cuanto consigue uno. Así los empelados serán siempre unos ineptos porque saben que se van a quedar poco por allí.

Y ya puestos a dejar (el trabajo, el país momentáneamente) voy a dejar de beber, otra vez. No puedo con estas copas infectas. El finde pasado acabé fatal de todo que aún me resiento. Y no es que estuviese de resaca como cada vez que me la agarro y tal, no. Es que de agarrármela me agarré al retrete con las manos y no lo solté hasta quedar vacío y seguro de ello.
Qué mal cuerpo. ¿Pero cuánto bebí? Pues unas tres copas rollo ligerito y una en el gris. No creo que sea para tanto.

La culpa la tiene mi novio porque es un pretending total. Con eso de que es una marica activista tuvimos que ir el sábado al Odarco a ver la presentación de una peli porno didáctica (que insisten en que te pongas el condón, vaya) y llegé tarde a los sándwiches porque me entretuve cosiéndome los pantalones que… bueno, que llegué al Odarco todo afterpunk porque se me puso en los precios. Y del chupito de vino no pasé y eso que lo iba buscando.

De ahí nos fuimos a un cumpleaños de una amiga suya simpatiquísima llena de gente que pasaba de la treintena (anchamente) y muy entretenida (anchamente tb). Nos llevamos a Octavio que a pesar de ser hiper recatado (y por ello super pervertido) estoy seguro que es muy divertido, cuando se suelte. Porque con un nombre tan peculiar y sin acento argentino tú me dirás. Octavio estaba conectado con la fiesta sabrá Dios por quien pero pegaba tanto allí como yo. O incluso menos porque a mi se me veía gorrón.
Allí habíamos quedado con Diego, que no tenía ninguna vínculo con la fiesta pero como le dijee yo: “Mira hay bebida, comida y chicas con buenos empleos”. No se pudo resistir.

Total que acabamos pedo llevándonos copas para el camino llamando la atención cual maricas y dando la chapa a Octavio porque iba de mariabstemia y además seria. Ignacio que es más listo se fue a casa a tiempo. Porque Diego y yo juntos somos super brasas. Balance: la fiesta un éxito.
Así que nos fuimos con las mismas a buscar a Ger al Gris dónde ahora son guays y entran delante de las colas esas que se forman de maricas. Qué bien sienta eso de pasar delante de las colas. Y yo que decía que pasaba de esas superficialidades. Nada, un par de copas e igual de gilipollas que antes.
Y no sé ni cómo ni por dónde acabamos en el elástico que me entusiasmó. Lo mejor son las escaleras esas que tiene. Porque los precios no nos gustaron nada. La solución salir al Gris a por copis que son más económicas. Y así de paso estábamos con los amigos un poco.

Pero a todo esto que yo empezaba a ver demasiados chulos en mi derredor y me fui para casa a ponerme malísimo, que si lo llego a saber me quedo más porque fue irme para nada. Bueno para algo, para vomitar y morirme de dolores. “No mama si es que he comido algo que me ha sentado mal.”

Algo tengo yo que hacer. Que la sabiduría popular me apoye. O dejo de beber o dejo de salir porque me sienta fatal al organismo. ¡España, una solución!